Dogfight, desarrollado por Echoboom, nos invita a pilotar algunos de los más míticos aviones de la Primera Guerra Mundial desde nuestro Android. Nos sentaremos a los mandos de estos veloces pájaros de metal a lo largo de enormes escenarios 3D donde tendremos que luchar por nuestra supervivencia al tiempo que derrotamos a los aviones enemigos y completamos los objetivos de la misión.
La propuesta del juego, ya de entrada, es bastante directa —aunque su manejo es más profundo de lo que puede parecer en un primer vistazo–, su estética tiene ese toque vintage que tanto nos recuerda a la primera mitad del pasado siglo y, además, cuenta con una banda sonora que, aunque limitada, es muy acorde con los juegos de acción de este tipo.
Entrando más en detalle, y desde el punto de vista gráfico, podemos apreciar que el juego cumple con creces en la representación de inmensos escenarios en 3D de lo más variopintos, pero sin grandes alardes técnicos innecesarios. Aun así, tanto la cabina de mando, como el diseño de los aviones y la puesta en escena general es digna de elogio. La parte negativa en el aspecto visual la ponen los menús, que a pesar de que no desentonan con el resto de elementos, sí que son bastante mejorables, aunque no es nada grave. Llama la atención el detalle prestado a la hora de desarrollar el juego para hacer que funcione en el mayor número de dispositivos posible, pudiendo activar y desactivar elementos gráficos en pantalla que podrían afectar al rendimiento en smartphones y tablets menos potentes.
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Respecto al sonido, no hay mucho que decir, pues aunque en los menús toma protagonismo un hilo musical bélico muy adecuado para la ocasión, durante las partidas son los efectos sonoros que recrean a la perfección el sonido de las hélices, el ruido del motor, los disparos enemigos y las explosiones los que nos sumergen de lleno en el fragor de la batalla, o bien nos hacen partícipes de la soledad del piloto de caza mientras recorre el campo de batalla en busca de su objetivo.
La jugabilidad, aunque sencilla, se hace difícil de dominar, pues en ambos modos de control —mediante joystick virtual o acelerómetro– tendremos que lidiar con la inercia propia de nuestro aeroplano, con el empuje del viento cuando tratamos de cambiar de dirección y con nuestra propia destreza —o torpeza– a la hora de ser capaces de realizar virajes con ayuda de los frenos aerodinámicos. Aun así, un buen detalle con el que cuenta el juego es el de disponer de un modo Entrenamiento para hacernos con los mandos sin tener que morir innecesariamente hasta que dominemos el juego.
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Si hablamos de la duración del juego, además de mencionar la gran cantidad de aviones —tanto de las fuerzas Aliadas como del Eje– y escenarios —con distintas ambientaciones– con que cuenta el juego, tenemos que destacar los distintos tipos de misiones que se nos pedirá realizar, desde destruir un hangar enemigo hasta hacernos con el control de un portaaviones durante un determinado período de tiempo para ganar la partida. En este sentido, el hecho de que el juego esté tan enfocado al modo online lo dota de una duración ilimitada, pues cada partida es un nuevo reto en el que vencer a nuestros rivales y/o amigos.
